El Vaticano y la trampa en las bendiciones a parejas del mismo sexo
Las parejas del mismo sexo pueden ser bendecidas por sacerdotes católicos romanos siempre que las bendiciones no formen parte de los rituales eclesiásticos habituales ni se asemejen a un rito matrimonial, según ha dictaminado el Papa.
La histórica sentencia aprobada por el Papa Francisco permitirá que las parejas del mismo sexo y las que se encuentren en "situación irregular" puedan ser bendecidas por los funcionarios eclesiásticos, aunque dichas bendiciones no legitiman estas relaciones en opinión de la Iglesia.
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Una declaración de la oficina doctrinal del Vaticano, titulada 'Sobre el significado pastoral de las bendiciones', afirma que los sacerdotes "no deben impedir o prohibir la cercanía de la Iglesia a las personas en cualquier situación en la que puedan buscar la ayuda de Dios a través de una simple bendición".
"En una breve oración que preceda a esta bendición espontánea, el ministro ordenado podría pedir que las personas tengan paz, salud, espíritu de paciencia, diálogo y ayuda mutua, pero también la luz y la fuerza de Dios para poder cumplir su voluntad por completo", prosigue.
Añade que los sacerdotes deben decidir sobre las bendiciones caso por caso y que para "evitar cualquier forma de confusión o escándalo" las bendiciones "nunca deben impartirse en concurrencia con las ceremonias de una unión civil, y ni siquiera en conexión con ellas".
"Tampoco puede realizarse con vestimentas, gestos o palabras propias de una boda. Lo mismo se aplica cuando la bendición es solicitada por una pareja del mismo sexo", añade la declaración vaticana.
El papa Francisco, cabeza de la Iglesia católica desde 2013, ha intentado que la religión sea más inclusiva con las personas LGBTQ+, sin alterar la doctrina moral sobre la actividad sexual entre personas del mismo sexo.
Ya en septiembre, el Pontífice publicó una respuesta a cinco cardenales que le preguntaron sobre sus intenciones de bendecir las uniones entre personas del mismo sexo.
El Papa respondió que la Iglesia sigue reconociendo el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer, pero que las uniones entre personas del mismo sexo deben tener la oportunidad de ser bendecidas.
En noviembre, se reunió con un grupo de mujeres transexuales para almorzar, tras lo cual afirmó que las personas transexuales pueden ser bautizadas y actuar como padrinos o testigos de matrimonio como cualquier otro adulto.
