¿Quieres conocer más sobre el pegging?
La mayoría de la gente ha oído el término "pegging", pero el acto sexual sigue estando rodeado de misterio, ya que una reciente encuesta de Lovehoney muestra que el 45% de la gente no tiene ni idea de lo que significa.
Tradicionalmente, el pegging consiste en que una persona con vagina se ponga un strap-on y penetre analmente a una persona con pene, y ha crecido en popularidad entre las parejas heterosexuales que se excitan ante la perspectiva de cambiar sus roles de género.
¿Qué es el pegging?
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Pero el pegging no discrimina, y puede ser experimentado por personas de cualquier identidad de género u orientación sexual.
Sin embargo, si la persona a la que se le practica el pegging tiene pene, el consolador con correa puede utilizarse para estimular el punto G anal, también conocido como próstata, situado a unos cinco o seis centímetros en el interior y hacia la parte delantera del cuerpo.
Como en cualquier acto sexual, la comunicación es clave, y si la penetración anal es nueva para ambos, es vital tomárselo con calma. En otras palabras, empieza poco a poco y utiliza mucho lubricante.
El doctor Charlie Glickman es entrenador de sexo y relaciones y experto en pegging. Una de las maneras de ayudar a tu pareja es ir a la experiencia sin presionar por un resultado particular", dijo a Cosmopolitan.
"Si has estado en un atasco en hora punta o si estás estresado, tu cuerpo se va a tensar y el juego anal será más incómodo y entonces puede doler. El truco es no crear una atmósfera de presión. Dejar que su cuerpo guíe la experiencia para que puedan relajarse y abrirse a ella".
Glickman también advirtió que si la persona que lleva el strap-on nunca ha usado uno antes, y nunca ha tenido un pene, es probable que se sienta un poco tonta al principio.
Y añadió: "Llevar un strap-on, tener una erección, es una experiencia diferente para las personas que no crecieron con penes... Por eso, les recomiendo que primero practiquen cómo llevarlo y moverse con él por sí mismos". De esta manera, te verás mucho más suave".
Glickman también cree que el pegging no es sólo cuestión de placer, y que puede realmente "salvar el mundo".
Escribió en su blog: "No olvidemos que cuanto más podamos dejar de centrarnos en el coito pene/vagina como definición de 'sexo', y cuanto más podamos ampliar nuestras definiciones de placer y cómo experimentarlo, más espacio podremos dejar para la diversidad de género y sexual, para más tipos de placer y amor, y para la justicia e igualdad sexual".
"Por supuesto, hay muchas maneras de hacerlo, pero... el placer anal tiene un potencial increíble para ayudarnos a inclinarnos hacia esos bordes, dejar de lado la homofobia y sanar nuestras heridas sexuales".
