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Críticas constructivas a la comunidad gay

COMUNIDAD LGBT

No te pierdas las críticas constructivas a la comunidad gay.

Vaya por delante que, pese a no olvidarnos nunca de la importancia de revindicar nuestros derechos LGTB alrededor de todo el mundo, de vez en cuando está bien parar un momento, coger aire y pensar qué cosas estamos haciendo mal, o al menos no del todo bien, para tratar así de mejorarlas. Y es que en ocasiones podemos perder un poco el control y centrarnos sobremanera en las victorias para el colectivo, dejando de lado otros aspectos que son tanto o más importantes. Por eso, hemos querido reunir algunos de los tópicos, pero también realidades, que deberíamos todos tener en cuenta para evitar caer así en la obviedad y el costumbrismo más caduco. Más que una regañina, nos gusta pensar en ello como en una crítica constructiva que nos ayude a crecer y expresar así nuestro mensaje con mayor fuerza y claridad.

Empezamos con un tópico que causa controversia y debate cada vez que se pone sobre la mesa. Estamos hablando de la homofobia que se vive dentro del colectivo, y que puede resultar tanto o más dañina que la que sufrimos de manera externa. Por poner un ejemplo, los típicos mensajes de exclusión que abundan en las apps de ligoteo y sexo gay no hacen más que reducirnos a un estereotipo y juzgarnos de un modo aberrante. Es difícil defender el respeto y la tolerancia fuera de nuestro entorno cuando dentro de él se leen y oyen cosas tan horribles que no queremos ni transcribir aquí. Además, el machismo recalcitrante entre algunos hombres gays, o la propia misoginia que se respira en algunos sectores supone toda una contradicción que no podemos tolerar de ningún modo. Nosotros más que nadie deberíamos conocer de primera mano las situaciones de sufrimiento y dolor que supone recibir este tipo de actitudes por parte de los demás, así que también deberíamos ser los primeros en ponerle freno aunque solo sea por empatía o conocimiento de causa.  

 

No nos cansaremos nunca de evidenciar la importancia de visibilizar a todo el colectivo, y no solo a los hombres gays. Lesbianas, bisexuales o transexuales son excluidos muchas veces en los discursos, creando así un estado de marginación dentro del propio núcleo que no podemos tolerar. Si tanto estamos luchando porque no haya ciudadanos de primera y de segunda, no se nos puede olvidar mirarnos a nosotros mismos y ver que muchas veces cometemos los mismos errores que el resto de la sociedad. Por eso no está de más prestar mucho cuidado al vocabulario que utilizamos, para que sea inclusivo y todo el mundo pueda sentirse representado. Desde los detalles aparentemente más insignificantes como el uso del género en una conversación con nuestros amigos, o bien a la hora de relacionarnos con nuestros compañeros de trabajo, podemos conseguir que las futuras generaciones vivan desde una edad muy temprana en un mundo tolerante y abierto a todo tipo de opciones. 

Para terminar, nos gustaría poner el foco de atención también en el resto de colectivos que sufren, tanto o más que nosotros, vejaciones y muestras de rechazo y burla por parte de la sociedad. Creemos que es tremendamente importante empatizar y solidarizarse con otros colectivos, como pueden ser las mujeres o los migrantes, para no perdernos así en el yoísmo más absoluto. Y es que en ocasiones podemos centrarnos tanto en nuestro colectivo que nos terminamos olvidando del resto de personas que experimentan situaciones muy parecidas a la nuestra. Si todos aunáramos nuestras voces, conseguiríamos hacernos oír con mucha más fuerza y claridad. En definitiva, ponernos en la piel de otros colectivos oprimidos nos hará ser conscientes de la realidad de un modo mucho más claro.

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