La historia de un conferencista gay
Cui Le, un profesor gay de China ha revelado que su carrera académica quedó destrozada en su país de origen después de que impartiera clases sobre sexualidad.
Cui Le era profesor de lingüística en la Universidad de Estudios Extranjeros de Guangdong, en la provincia de Guangzhou, en el sur de China, cuando comenzó la reacción violenta, según informa el South China Morning Post. En agosto de 2015, un estudiante de otra universidad china demandó al Ministerio de Educación del país por un libro de texto que describía la homosexualidad como una enfermedad, pero su vida se vio sumida en la incertidumbre cuando un consejero escolar la delató ante sus padres. Cui Le, junto con muchos otros en la comunidad LGBT+ de China, estaba indignado por el incidente.
El profesor gay fue advertido en China para que se alejara de sus conferencias temáticas sobre LGBT+. Hasta entonces, había mantenido su sexualidad en secreto en su lugar de trabajo - pero la salida del estudiante lo llevó a salir públicamente. Luego invitó a los activistas a dar conferencias en la universidad sobre sexualidad y género, pero ese movimiento no terminó bien para Cui. Aunque los estudiantes "amaban" las conferencias de los invitados y las calificaron de "esclarecedoras", la administración de la universidad no estaba de acuerdo. Dos vicedecanos le advirtieron que los temas de LGBT+ no deben ser discutidos en las conferencias, y ambos insistieron en que la reputación de la universidad se vería dañada por sus acciones. Finalmente, la universidad le obligó a dar una garantía por escrito de que dejaría de dar conferencias sobre temas LGBT+ y fue penalizado financieramente por su activismo. Dejó su trabajo y se mudó a Nueva Zelanda después del incidente. Continuó trabajando en esa universidad hasta 2017, pero ya era suficiente. Ese año, Cui dejó su trabajo y se trasladó a Nueva Zelanda para empezar de nuevo en un país donde su libertad académica sería más respetada. "El sistema administrativo de China es una herramienta importante para que el gobierno asegure la estabilidad y los institutos de educación superior son un vínculo importante", dijo al South China Morning Post. "Les conviene utilizar medios administrativos para oprimir las identidades y comportamientos que no están en consonancia con la corriente principal".
Desde entonces, ha hablado con más de 40 conferenciantes gays en China que han tenido experiencias similares, y descubrió que la mayoría había hecho sacrificios para mantener sus trabajos.
