Conoce al hombre con la mayor colección de muñecas de las Spice Girls del mundo

Adam Weatherly tiene un reclamo único a la fama: posee la que probablemente sea la mayor colección de muñecas de las Spice Girls del mundo.

Su casa de Virginia Occidental, en Estados Unidos, está llena de figuras de Scary, Posh, Ginger, Baby y Sporty. Se ha convertido en el trabajo de su vida, y todo empezó a finales de los 90, cuando las Spice Girls estaban en la cima de su fama.

Spice Girls GEM: confirmada la vuelta de Spice Girls como trío con Geri, Emma y Mel B

Conoce a Micha, el hombre con el macropene más grande del mundo

"Tenía 11 años cuando las Spice Girls llegaron a Estados Unidos y se hicieron populares, así que en el momento en que escuché en las noticias que iban a sacar muñecas, me dije: 'Tengo que tenerlas todas'", cuenta Adam.

"No sabía a dónde me llevaría eso".

Adam aún recuerda cuando recibió su primera muñeca de las Spice Girls. Era el 14 de julio de 1998, y su sueño se hizo realidad gracias a un conmovedor acto de dedicación de sus padres.

"Como la mayoría de mis historias, siempre fuimos muy pobres", recuerda Adam. "[Mi padre] me llevó a Kmart y no había muñecas, y recuerdo que apenas podía evitar llorar en la tienda".

Un empleado les dijo que condujeran 45 minutos hasta la siguiente tienda Kmart, pero volvieron a quedarse sin suerte. Las muñecas de las Spice Girls también estaban agotadas.

Ver esta publicación en Instagram

Una publicación compartida por The Spice Girls Dolls (@thespicegirlsdolls)

Y entonces llegó un golpe de suerte.

"Teníamos que conseguir aceite para el coche y recuerdo que cuando salíamos de la sección de coches miré al fondo del pasillo y ahí estaba Victoria. Ella fue la primera.

"Ese siempre significa mucho para mí, sólo porque me demuestra lo mucho que me querían mis padres. Siempre me emociona un poco".

Las Spice Girls hicieron que Adam sintiera que estaba bien ser diferente

Hoy en día, Adam tiene más de 600 muñecas de las Spice Girls, que llenan una habitación entera de su casa. El proyecto ha sido tan importante para él por lo monumentales que han sido las Spice Girls en su vida. Le hicieron sentir que podía ser él mismo.

"Creo que es lo mismo para todos los fans de las Spice Girls: nos hicieron sentir que estaba bien ser diferentes", dice.

Fue esa adoración la que llevó a Adam a empezar a coleccionar muñecas desde muy pronto.

Sólo espero que algún día las Spice Girls tengan un museo permanente como el de Abba y pueda donar todas las muñecas a él.

"Puede parecer una locura, pero siempre supe que tenía que coleccionar estos muñecos", explica Adam.

Una vez que entró en eBay, empezó a coleccionar en serio, momento en el que se enteró de la cantidad de variaciones que había. Desde entonces, ha empezado a coleccionar prototipos.

"Es justo lo que quería hacer: alguien tenía que preservar todo este material. Sólo espero que algún día las Spice Girls tengan un museo permanente como el de Abba y pueda donar todas las muñecas a él. Puede que sea ambicioso, pero creo que se merecen uno".

Le empuja a seguir adelante, por su amor al coleccionismo, pero también por su amor a las Spice Girls. Está harto de los tópicos y estereotipos que abundan sobre los coleccionistas de muñecas: a la gente le gusta verlas como "raras o espeluznantes", lo que resta valor al arte que hay detrás de las muñecas, explica Adam.

"Soy raro, pero no porque coleccione muñecas: es completamente normal", dice, "hombres y mujeres adultos trabajan en ellas: son arte. No lo veo diferente a los cromos de béisbol o a los coleccionistas de coches. Es algo que me hace increíblemente feliz".

Eso no quiere decir que ser un coleccionista sea todo diversión y juego: Adam admite que puede ser un reto cuando se ve atrapado en una guerra de ofertas en eBay. Tampoco es fácil encontrar espacio en su casa: no tiene todo el que le gustaría para guardar las muñecas, pero se las arregla.

"A veces me estreso", se ríe, "pero al final me hacen más feliz que casi todo. Es divertido buscarlos. Nunca lo completaré, nunca habré terminado. Cada vez que creo que estoy cerca, descubro algo más que ni siquiera sabía que existía".

Tengo suerte porque nadie me ha hecho sentir mal por coleccionar, nunca.

Adam sabe que su afición es única, pero no se ha enfrentado a ninguna negatividad por parte de sus seres queridos. Está agradecido por ello, ya que a menudo escucha a coleccionistas masculinos que le dicen que sus padres se negaron a comprarles muñecas cuando eran niños, repitiendo el viejo adagio de que las muñecas son para las niñas.

"Me parece muy triste. Mis padres desearían tener el dinero para comprarnos todo lo que quisiéramos; no sé por qué todos los padres no pueden ser así. Sólo hay que querer a los hijos y apoyarlos. Si no es físicamente perjudicial, ¿por qué no?

"Tengo suerte porque nadie me ha hecho sentir mal por coleccionar, nunca. Y al crecer en Virginia Occidental, la gente tiene la idea de que es [Virginia Occidental] muy cerrada y que ese tipo de cosas no se soportan. Sé que está ahí, está en todas partes, pero nunca he tenido que lidiar con eso, afortunadamente".

Las muñecas también son una forma de arte, y hay que celebrarlas

Ahora que su colección de muñecas es de 600, Adam quiere mostrar al mundo que las muñecas son una forma de arte propia, y que merecen ser celebradas.

Quiere honrar a los creadores que hicieron las muñecas, incluidos los que ya han fallecido.

Sólo quiero que se reconozca a esas personas porque sé lo mucho que han trabajado.

"He llegado a conocer a las personas que han trabajado en ellas y sólo quiero que se les reconozca el gran esfuerzo que han realizado", afirma.

"Lamentablemente, una de las mujeres que había trabajado en la escultura de sus rostros, y que también esculpió las caras de las muñecas de Britney, falleció a principios de año y eso me rompió el corazón. Quiero que se reconozca a esas personas porque sé lo mucho que han trabajado".

Los creadores de las muñecas se enfrentaron a una serie de retos en el camino, como el racismo y el sexismo. Adam quiere que se recuerden tanto sus luchas como su arte.

"Hubo un montón de cosas terribles: [los minoristas] pensaban que eran excesivamente sexuales, no las querían para los niños. Hubo minoristas que les dijeron que no querían a 'la chica negra', sólo a ellas cuatro, no a [Scary Spice], y [los creadores] dijeron: 'no, no vamos a hacer eso'".

A pesar de estos obstáculos, las muñecas de las Spice Girls siguen siendo las más vendidas de todos los tiempos.

"Sólo quiero que se reconozca a esas personas y que no se las olvide", dice Adam.

Coleccionar las muñecas también permite a Adam rendir homenaje a las propias Spice Girls. Después de tantos años, el grupo sigue significando mucho para él.

"El hecho de que no tuvieran miedo de ser ellos mismos: creo que representan todo lo que el mundo debería ser".