Irán ejecuta brutalmente a un gay por sodomía
Un hombre gay ha sido ejecutado en Irán bajo la acusación de "sodomía", según grupos de derechos humanos, en el último ejemplo de brutalidad anti-LGBTQ+ en la nación de Oriente Medio.
La Agencia de Noticias de Activistas por los Derechos Humanos (HRANA) informó de que 10 reclusos fueron supuestamente ejecutados en la prisión de Rajai Shahr, en la ciudad norteña de Karaj, el 29 de junio.
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Entre ellos se encontraba Iman Safari-rad, de quien la agencia de noticias y los activistas afirman que probablemente fue condenado a muerte por ser gay.
El Jerusalem Post informó de que HRANA había verificado la identidad de Safari-rad. Mientras que Kazem Moussavi, activista de derechos humanos de Irán exiliado en Alemania, afirmó en Twitter que Safari-rad fue asesinado en la capital de la provincia de Alborz por "sodomía".
Fue asesinado junto a Mehdi Khalgoldi, que se enfrentaba a cargos de "violación", una acusación que los funcionarios suelen utilizar como pretexto para ejecutar libremente a personas queer, según un informe del Departamento de Estado estadounidense.
Las autoridades iraníes aún no han confirmado las muertes.
Las personas LGBTQ+ en Irán se enfrentan a una violencia implacable por el simple hecho de existir. La actividad sexual entre personas del mismo sexo está estrictamente prohibida por el código penal de la república, con una pena máxima de muerte.
Peter Tatchell, activista británico del colectivo LGBTQ+, declaró: "Una vez más, otro hombre ha sido ejecutado por un cargo de sodomía, que puede o no haber cometido, con o sin consentimiento. Lo que es seguro es que este hombre no recibió, casi con toda seguridad, un juicio justo en el marco del sistema judicial iraní, notoriamente sesgado. A los acusados se les niega habitualmente el acceso a los abogados y a los testigos de la defensa".
Tatchell describió cómo el sistema judicial iraní puede juzgar a los homosexuales en audiencias apresuradas, a menudo con sólo un abogado minutos antes de que comience el juicio. A menudo, el tribunal ni siquiera necesita pruebas sustanciales para dictar sentencia.
"El mundo debe supeditar las relaciones con Irán a que Teherán respete la legislación internacional sobre derechos humanos, incluida la prohibición de la pena de muerte en cualquier circunstancia y el respeto de los derechos humanos del colectivo LGBT, las mujeres, los no creyentes y las minorías religiosas y étnicas", añadió Tatchell.
La presunta ejecución de Safari-rad es sólo la última de un horrible legado de violencia contra los iraníes LGBTQ+.
Durante décadas, las personas acusadas y condenadas por actividades sexuales entre personas del mismo sexo han sido decapitadas, apedreadas hasta la muerte, arrojadas por acantilados y amputadas. Un joven de 17 años -acusado de "violación"- fue colgado por mantener relaciones sexuales con un adolescente en 2016.
El Código Penal de 2013, arraigado en la sharia, también castiga con 100 latigazos a los hombres que colocan un órgano sexual masculino entre los muslos o las nalgas de otro hombre. Si la parte activa es no musulmana y la pasiva es musulmana, se aplica en su lugar la pena de muerte.
Un hombre que simplemente bese a otro hombre sufrirá entre 31 y 74 latigazos.
Los grupos de activistas LGBTQ+ han puesto de manifiesto cómo, por debajo de la censura estatal que prácticamente borra a las personas queer, las fuerzas de seguridad hacen incursiones rutinarias en los espacios LGBTQ+ y detienen a los asistentes en masa. Durante la detención, se les acosa para que revelen los nombres de otras personas LGBTQ+ que conocen.
En enero, los grupos de derechos humanos retrocedieron horrorizados cuando se supo que dos hombres habían sido ejecutados por cargos de "sodomía".
Mehrdad Karimpou y Farid Mohammadi fueron asesinados en la prisión de Maragheh, en el noroeste de Irán, informó HRANA. Ambos habían pasado seis años en el corredor de la muerte acusados de "sodomía por la fuerza".
