Negada la comuni贸n a parejas homosexuales en Segovia
La calma en los municipios segovianos de Torrecaballeros y Basardilla se vio interrumpida tras la denuncia de que el párroco, respaldado por la Diócesis de Segovia, había negado la comunión a dos parejas por ser homosexuales.
Mario Calvo y su marido, José María López, revelaron que el 6 de enero, después de asistir a misa con sus hijos, el sacerdote comunicó a su familia que no podían participar más en la misa ni recibir la eucaristía. Sin embargo, podían seguir asistiendo a observar la ceremonia. Rubén García de Andrés, el alcalde de Torrecaballeros, también se unió a ellos, compartiendo que a él y a su pareja les habían prohibido recibir la comunión.
Calvo relata: "El domingo 5 fui a la iglesia con mi familia como he hecho siempre, participé, salí a leer y recibí la comunión, igual que siempre, pero al día siguiente, cuando no fui con ellos, se lo transmitieron a mi familia. Se excusaban en que al estar casados por lo civil y practicar la sodomía no podíamos participar." Desde 2022, él y su marido tienen dos hijos pequeños que querían bautizar.
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Un vecino del pueblo contactó al párroco Feliciano, quien lleva medio año en el cargo, para que comunicara esto al obispado. "Pensamos que este vecino se alarmó al vernos con nuestros hijos", dice Calvo, quien cuestiona la justificación dada, planteando que debieron haber sido informados mucho antes.
"Queremos que haya coherencia en lo que dicen y que nos expliquen qué ha cambiado desde el domingo 5. Todos sabían que llevamos juntos desde 2018 y casados desde 2023, y hasta ahora todo estaba normal", señala, desafiando la afirmación de que no tienen nada en contra de los homosexuales.
García de Andrés revela que al buscar explicaciones, el párroco le notificó que él y su pareja también quedaban excluidos. "El sacerdote sabía sobre mi situación sentimental y, a pesar de que me había estado dando la comunión durante meses, ahora la Diócesis avala esta decisión", añade el representante del PSOE en Torrecaballeros.
Además, recuerda que hace dos años, otros vecinos también denunciaron su situación. Era celebrador de la palabra y tenía una vida activa en la comunidad. Cuando el nuevo párroco asumió, compartió su experiencia previa y recordó que dejó de hacerlo tras recibir denuncias anónimas.
Calvo está decidido a no volver a la iglesia."No aceptaré asistir solo a observar sin poder participar". Esta es una decisión complicada ya que asistir a misa en la iglesia de San Bartolomé ha sido una tradición familiar.
"Es doloroso, pero no se puede aceptar que se etiquete a una familia así frente a todo el mundo". Están considerando ir a la capital, donde la situación es más compleja.
A pesar de ser un pequeño municipio donde acuden pocas personas a misa, han recibido el apoyo de muchos vecinos y otros también evalúan sus opciones. Otros curas en Segovia también han expresado que están a favor de que participen.
"Otros párrocos han manifestado que sí aceptan nuestra participación, porque no son quienes para negar la comunión a unos feligreses. Esto todo surgió a raíz de que un vecino nos vio con nuestros hijos", concluye Calvo.
Tanto Calvo como García de Andrés enfatizan que esta denuncia no es política."Ser homosexual no implica ser ateo". Existen personas de diferentes orientaciones políticase que participan plenamente en la vida eclesiástica. Calvo y el alcalde consideran que esto refuerza las creencias conservadoras dentro de la institución.
Ambos tienen la intención de solicitar una mayor apertura por parte de la iglesia para evitar situaciones similares."Queremos seguir siendo parte de esta tradición familiar sin ser discriminados".