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Nesthy Petecio es la primera boxeadora filipina y lesbiana en ganar una medalla olímpica

"SEGUID ADELANTE, LUCHAD POR VUESTROS DERECHOS"

Una boxeadora lesbiana dedica con orgullo su histórica medalla olímpica a la comunidad LGBT+:

La boxeadora filipina Nesthy Petecio dedicó su histórica medalla olímpica de plata a la comunidad LGBT+, pidiéndoles que "sigan adelante" y luchen por sus derechos.

Petecio hizo historia el martes (3 de agosto) al conseguir la plata en el peso pluma femenino de boxeo, convirtiéndose en la primera boxeadora filipina que gana una medalla olímpica.

Tras un emocionante enfrentamiento, la boxeadora perdió por poco ante la japonesa Sena Irie por decisión unánime, pero sólo mostró su orgullo al honrar a la comunidad LGBT+ con su victoria.

"Estoy orgullosa de formar parte de la comunidad LGBTQ", dijo Petecio, que es lesbiana. "¡Adelante, a luchar! Esta victoria también es para vosotros".

Y añadió: "Sea cual sea tu género, mientras tengas un sueño, sigue luchando".

La pasión de Petecio quedó patente cuando lloró abiertamente durante la ceremonia de entrega de premios, levantando su medalla en el podio para agradecer los vítores de los filipinos presentes en la arena.

"Lloré antes porque quería dedicar el oro al entrenador Nolito [Velasco]", dijo después. "Nos quedamos cortos, pero di lo mejor de mí en el ring".

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La medalla olímpica de Nesthy Petecio hace historia para Filipinas

La medalla olímpica de plata de Nesthy Petecio fue un gran logro en Filipinas, un país apasionado por el boxeo y en el que este deporte sigue estando fuertemente dominado por los hombres.

Anteriormente reconoció la lucha que supone ser una mujer boxeadora en su país, diciendo: "Mucha gente piensa que el boxeo es sólo para los chicos. Pero como mujeres [boxeadoras], ya nos hemos ganado el respeto".

No cabe duda de que está recibiendo su merecido tras ganar la primera medalla olímpica de boxeo de Filipinas en 25 años, tras la plata que Mansueto "Onyok" Velasco obtuvo en Atlanta en 1996.

Pero mucho más importante para ella que hacer historia es hacer que su familia se sienta orgullosa: "Significa mucho para mí porque es el sueño de mi padre, y también es mi sueño", dijo tras su victoria en semifinales.

"No es sólo por mí. Es por mi país y por los filipinos que rezaron por mí".

Su viaje no terminará en Tokio, ya que sigue decidida a conseguir el oro en París 2024: "Seguimos persiguiendo el oro", dijo, "no hemos terminado".

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