¿Son compatibles la homosexualidad y el cristianismo?
¿Son compatibles la HOMOSEXUALIDAD y el CRISTIANISMO?
¿Qué pasaría si Jesús existiera hoy en día? ¿Conocería a los gays? ¿Se dejaría caer por clubes LGBT? Probablemente sí. Aún y así, los extremistas católicos no dejan de recordarnos lo mala y terrible que es la homosexualidad, lo antinatural que es juntarnos mujeres con mujeres y hombres con hombres si el objetivo no es procrear.
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El cristianismo y la homosexualidad siempre se han llevado mal, y aunque ha habido veces en los que un acercamiento parecía muy posible, parece que los católicos, al menos los que los representan, no están por la labor de respetar y tolerar.
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Tenemos un Papa muy divertido, muy simpático y campechano, que ha conseguido engañarnos a todo con sus habladurías pero que al final del día piensa como cualquier otro que los homosexuales "no están bien". Hay una tendencia por parte de muchos católicos de creer que "como no le deseo la muerte, lo tolero y lo respeto", pero si nos intentas mirar desde arriba, haces mal. La sexualidad es algo como la altura o el color de ojos: es el que es y no hay forma no artificial de cambiarlo. Una vez entiendan eso, la relación entre la Iglesia y el colectivo LGBT será más sana y fluida.
La Iglesia y los gays
Está claro que la relación entre la Iglesia y los gays nunca ha sido buena. La Biblia tiene para todos, y es que de un libro basado en una religión que celebra el fustigamiento y que prioriza el dolor ante el amor no se puede esperar mucho. No hay que perderse mucho en el libro para ver que los homosexuales salimos muy mal parados. Y, claro, los fundamentalistas que se creen lo primero que leen deciden seguir esa doctrina y odiar a los homosexuales. Sí, siempre hay excepciones, personas que entienden la religión cristiana como amor y compasión, pero lo sentimos, no estamos aquí para vuestra condescendencia.
La falta de coherencia de la religión cristiana
Además, homosexualidad aparte, la religión cristiana acumula incongruencias constantes: las nada aisladas acusaciones de pederastia entre muchos curas siguen manchando constantemente una institución que está más caduca. Siguen viviendo literalmente entre oro mientras predican por la austeridad y por dar a los pobres y, no nos olvidemos, reciben dinero público pese a que este país sea laico. Vamos, que tienen más que hacer ellos que nosotros a la hora de tener una relación tolerante y respetuosa con el resto de personas y colectivos.
