Los políticos de Utah se unen para acabar con las terapias de conversión
Los legisladores del estado de Utah han aprobado por unanimidad la prohibición de la bárbara y tortuosa terapia de conversión anti-LGBTQ+.
La llamada terapia de conversión es una práctica desacreditada y a menudo abusiva utilizada por familiares, grupos u organizaciones que intentan cambiar la sexualidad o la identidad de género de una persona LGBTQ+.
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Se ha prohibido en varios estados de EE.UU., pero aún no se ha ilegalizado en todo el país.
Utah aplicó por primera vez una prohibición, como norma administrativa, en 2020, tras una orden ejecutiva firmada como ley por el entonces gobernador Gary Herbert.
Las negociaciones entre los grupos de defensa de los derechos de las personas LGBTQ+ y el representante de Utah Mike Peterson ayudaron a establecer el proyecto de ley 288 de la Cámara de Representantes, que pasó su votación final el viernes (17 de febrero) y codifica la prohibición en ley permanente si la firma el gobernador Spencer Cox. El republicano moderado ha manifestado su apoyo a la legislación.
Aunque la prohibición sólo protege a los menores de 18 años en su forma actual, los terapeutas de Utah van a recibir directrices para pacientes de todas las edades sobre la terapia de conversión y las prohibiciones vigentes.
"Esto es lo mejor de la política... cuando las partes interesadas de todos los bandos se reúnen, se escuchan, aprenden unos de otros y descubren puntos en común", declaró el director ejecutivo de Equality Utah, Troy Williams, a FOX 13 News.
"Esperamos que, en el futuro, los legisladores sigan esa pauta".
Y añadió: "Ha sido un momento extraordinario en la historia LGBTQ+ de Utah. Hicimos que ambas cámaras aprobaran por unanimidad la prohibición de la terapia de conversión para menores."
Nueva Jersey fue el primer estado de EE.UU. en prohibir las terapias de conversión en 2013, antes de que se legalizara el matrimonio entre personas del mismo sexo. California, Oregón e Illinois siguieron su ejemplo.
La semana pasada, la comisaria de Derechos Humanos de la UE, Dunja Mijatović, impulsó la rápida prohibición de las prácticas de conversión en los países europeos.
En un informe del 16 de febrero, Mijatović escribió que las organizaciones que se benefician de estas prácticas bárbaras "no tienen cabida en una sociedad basada en los derechos humanos".
Y añadió: "Estas intervenciones siguen produciéndose en toda Europa, a menudo de forma legal y comúnmente bajo el pretexto de principios médicos o religiosos.
"A pesar de los profundos y duraderos efectos nocivos que pueden tener estas prácticas, a muchas víctimas no se les reconocen los daños que han sufrido ni se les ofrece reparación. Esto debe acabar".
