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Quién es Mariann Budde, la obispa que plantó cara a Trump

“POR FAVOR, SEÑOR PRESIDENTE, TENGA PIEDAD DE LAS PERSONAS QUE ESTÁN ASUSTADAS”

El inicio de la presidencia de Donald Trump generó preocupación y desazón en muchos sectores de la sociedad, pero la figura de Mariann Edgar Budde, obispa episcopaliana de Washington, emergió como un símbolo de resistencia y esperanza. Durante un servicio religioso tradicional que concluyó la ceremonia de toma de posesión presidencial, Budde se dirigió a Trump con un mensaje claro: pidió que tuviera compasión por aquellos que ahora viven con miedo. Su discurso estaba dirigido a grupos vulnerables, incluyendo la comunidad LGTBI+, inmigrantes indocumentados y refugiados, que temen las políticas de la nueva administración.

Budde solicitó, en un tono firme: “Por favor, señor presidente, tenga piedad de las personas que están asustadas”. Hizo un llamado a la humanidad de Trump, recordándole que millones de personas tienen esperanzas depositadas en su liderazgo, y enfatizó la importancia de cuidar a quienes son más vulnerables en la sociedad. En su intervención, la obispa destacó que entre estos individuos había niños y familias de diferentes orientaciones sexuales y orígenes.

Afrontó los desafíos de la inmigración y la salida de refugiados que sufre el país, implorando al presidente que mostrara compasión hacia aquellos cuyos hijos temen ser separados de sus padres. Budde se posicionó firmemente en defensa de los inmigrantes y refugiados, describiéndolos como vitales para las comunidades e iglesias estadounidenses, y demandó que se les brinde apoyo y acogida. Su discurso resonó en una audiencia compuesta no solo por seguidores, sino también por críticos, y las expresiones de incomodidad en los rostros de Trump y su vice-presidente fueron notorias.

Desde 2011, Mariann Budde lidera la Diócesis Episcopaliana de Washington, habiendo sido la primera mujer en ocupar este cargo. Nacida en Nueva Jersey y criándose en Colorado, Budde ha sido una figura liberal en el contexto religioso, y no es ajena a la controversia en torno a Trump. En 2020, expresó su indignación tras un incidente en el que Trump posó con una Biblia frente a la Iglesia de San Juan, tras el uso de fuerzas policiales en protestas relacionadas con la justicia racial.

En una entrevista posterior, Budde compartió que aunque Trump no la miraba directamente, ella sintió la necesidad de recordarle la humanidad de las personas afectadas por su administración. “La compasión es esencial. Todos ellos son parte de nuestras comunidades”, afirmó, subrayando el costo humano de las políticas que están en juego.

Al finalizar el servicio, Trump no ocultó su desagrado por el sermón de Budde, sugiriendo que podía ser mejor. Las redes sociales no tardaron en viralizar sus palabras, dando lugar a una especie de nuevo culto en torno a la figura de la obispa, una líder que se atrevió a desafiar al presidente en un momento crítico.

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